Frente a la Constitución de la II República de 1931 que era totalmente beligerante contra la Iglesia y la fe católica, el Fuero de los españoles de 1945 restablece nuevamente la dignidad a la Religión Católica en España, siguiendo así la antigua tradición española.
Artículo sexto
La profesión y práctica de la Religión Católica, que es la del Estado español, gozará de la protección oficial.
Nadie será molestado por sus creencias religiosas ni el ejercicio privado de su culto. No se permitirán otras ceremonias ni manifestaciones externas que las de la Religión Católica.
Nadie será molestado por sus creencias religiosas ni el ejercicio privado de su culto. No se permitirán otras ceremonias ni manifestaciones externas que las de la Religión Católica.
Luego, la Constitución de 1978 rompe de nuevo la relación con Dios, y desde entonces se produce un ataque progresivo a la Fe Cristiana en España, especialmente venidos desde partidos de izquierda, pero últimamente con la complicidad del Partido Popular.
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